Aventuras sin promesas Ciudad de México
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Foto del reencuentro. Para empezar, hace un terrible calor que casi derrite y consigue hacerte sudar por cada uno de tus poros, sobre todo en septiembre, cuando estuvimos. Se siente el calor en la temperatura y en el ambiente mexicano. Hasta ahí todo es normal, una ciudad mexicana con algo de ese sabor costeño que hace hermanas a todas las ciudades que baña el Caribe.
Los hombres son no solo mayoría, también multitud a pesar de que el calor hace difícil permanecer en la calle. Nuestra ropa corta llama la atención y levanta voces cuando pasa alguna furgoneta con el logo de alguna empresa, siempre hombres. Caminar a veces resulta incómodo, porque puedes notar las miradas lascivas que provocamos a nuestro alrededor. A pesar del sol aprovechamos para caminar por la ciudad, pasear junto al mar e ir después por algo de desayunar. En el mar abundan los barcos, grandes barcos.
Descansando del calor a la rica sombra. De camino me explicó que eran tres chicas mexicanas que trabajaban las tres en la misma empresa china. Las tres de ellas hablaban chino y una de ellas tenía de hecho un novio chino que trabajaba en otra de las empresas chinas asentadas en la ciudad. Sarita me explicó que estas son las situaciones cotidianas en Isla del Carmen. Fuimos a la piscina o alberca pero ni siquiera el agua relajaba el calor del cuerpo, era como meterse en una bañera de agua tibia.
Fuimos en combi atravesando el puente de la Unidad y tardamos, tras un par de intercambios, casi una hora en llegar. Sarita mirando al mar. Caminando y preguntando, llegamos por fin a playa Coquitos , donde algunas familias pasaban juntas las horas libres del domingo. Debido a la cercanía de la laguna y la contaminación de las plataformas petrolíferas, el color turquesa del agua queda bastante empañado y en la orilla, un raro olor consigue inquietar a cualquiera que tiene los pies dentro del agua.
Yo me empeño en tratar de bajar un coco para refrescar el calor pero al final el miedo y las miradas que se clavan en mí y que ríen me hacen cambiar de idea. Playa Coquitos. Yo subiéndome a por un coco. Desde luego Isla del Carmen es un lugar curioso. Dotado del paisaje perfecto para convertirse en destino turístico, sus recursos petroleros han marcado su destino haciendo de esta isla un lugar donde la vida no es tan suave y agradable como cabría esperar.